Los VIGÍAS DE SIETE MARES

Por Belgica Rodriguez

Esculturas Siete Mares

Nicomedes Zuloaga, escultor
Para dominar su rebeldía, Nicomedes Zuloaga muy tempranamente se descubre una especial sensibilidad hacia el arte. Para este hombre polifacético: escritor, pintor, publicista, apasionado por las propuestas serigráficas y fotógrafo, la escultura será un importante eslabón en esta cadena creativa, declarando que: “(…) el arte no es solo un hecho formal y estético. Es el medio a través del cual me explico a mí mismo y comunico a los demás los descubrimientos conscientes de mi mundo exterior”.
Nace en Caracas el 14 de octubre de 1949,estudia comunicación social en la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, pero su vocación existencial sería siempre la pintura y en definitiva la escultura que trabaja en la School of Visual Arts bajo la dirección del escultor Claudio Marzollo, y estudia la anatomía de la figura humana desde la visión escultórica en el Sculpture Center, ambas instituciones en Nueva York. En 1973 se inicia en la talla en madera y el modelado con formas orgánicas de tendencia abstracta. Su obra eminentemente figurativa la realiza en bronce, al tiempo que investiga las posibilidades creativas que ofrece la combinación de materiales no convencionales, investigaciones que pone en práctica en las esculturas de Siete Mares, un arduo trabajo de tres años (2013-2015), para realizar estas obras monumentales ubicadas en un particular museo a cielo abiertofrente al mar.
Para él, la figura femenina es fundamental como fuerza creadora y madre universal, de allí que, desde mediados del siglo pasado, proponga una renovación de los códigos formales figurativos en la obra tridimensional en Venezuela. Son muchos los escultores que admira, en especial los franceses Aristide Maillol, posiblemente por los volúmenes voluptuosos de sus mujeres, a Auguste Rodin y Antoine Bourdelle por las magníficas superficies texturadas de sus esculturas, y del italiano Amadeo Modigliani se inclinó por los cuerpos alargados de mujer;admira también la importante etapa figurativa del venezolano Francisco Narváez; sin embargo, de ellos no muestra influencias determinantes pero sí ciertos rasgos distintivos en el modelaje de la configuración representacional. Su obra está representada en colecciones de Venezuela, Estados Unidos y Europa.

Los Vigias de Siete Mares
El viento, el agua, la tierra agreste, la luz del día y de la noche, se confabulan para hacer vibrar el alma interior de estos seres escultóricos, que transmiten a quienes se les acerca la emoción del que ama la naturaleza. Profesando un entendimiento con lo metafísico, lo espiritual y los misterios

de la vida y el arte, no extraña que al escultor Zuloaga le haya seducido la realización de un grupo de esculturas donde cada una, desde su propio acantilado boscoso frente al mar, mira y observa un paisaje de aguas azul profundo: “el contacto con la naturaleza y sus manifestaciones me cautiva, creo que algunas de las formas y de los volúmenes que aún se manifiestan en mi trabajo plástico son arquetipos de la naturaleza, grabados en mi inconsciente y que son descubiertos cada cierto tiempo”.
El espíritu del mar es parte intrínseca de estas enigmáticas esculturas que con atención vigilan el horizonte. Semejantes a las extraordinariamente mágicas moáis de Isla de Pascua, parecen entregarse, con los sentidos despiertos y la imaginación fecunda, a sagrados rituales ceremoniales de bienvenida a la inmensidad de lo desconocido. Mirando hacia adelante, a espaldasde quienes los mira y admira, los Vigías parecen estar siempre alejándose. Pero no. Erguidos, y con la mirada fija en el extravío de una línea venerable que canta al azul del agua de sal, mantienen el reposo que señala el infinito y la vigilia del silencio.
Una técnica propia utilizó el artista para realizar estas esculturas. En andamiaje tridimensional volumétrico, se presentan reconocibles en su estructura figurativa representacional, pero sus rasgos definitorio de rostro y otros detalles, están orgánicamente difuminados por características expresionistas y una epidermis texturada gracias al tallado y modelado del material utilizado. Desafiando la gravedad y las alturas de algunos acantilados, en algunos casos con la cooperación de un escalador profesional, Zuloaga fue incorporando y ensamblando las diferentes partes de la figura en armazones de hierro, y poco a poco, directamente con sus manos, las recubrió de una poderosa e incorruptible piedra artificial -mezcla de cemento, arena y polvo de mármol- a fin de llevarla a una categoría plástica tridimensional de fuerte volumetría.
Vigilantes desde sus atalayas, los Vigías están llenos de vida y salitre, son obras atractivas para el visitante de este lugar lleno de magia y secretos que es Siete Mares. Un rincón para descubrir y atrapar los misterios de una naturaleza salvaje, una razón más para ver que aves de sobrevuelo azul plateado se acercan a corazones de amor. Que puede escribirse sobre estos Vigías que no sea la mitad de un corazón que le habla a su otra mitad: ellos son poesía mirando al mar. Sus nombres hablan de aquellos habitantes de tierras de dulces lodos, de coronas invisibles, habitantes de una profunda soledad que no conoce de ausencias porque están y se sienten acompañados de cangrejillos y peces voladores.
La concepción de los Vigías llevó a Nicomedes Zuloaga a inspirarse en culturas primigenias de Latinoamérica que él muy bien conoce, y volver a sus gloriosas angustias esotéricas. Así, les confiere existencia artística legítima a unos personajes que en lo conceptual representan símbolos de incógnitas ancestrales en los que el mar es otro personaje de insondables enigmas. El crear esculturas monumentales siempre fue una obsesión para Zuloaga. Con la realización en el mismo lugar donde están ancladas, libres al viento, estas siete esculturas, centinelas entre el aire y el bosque, intemporales y ajenas a los secretos del hombre, se apropian del gran espacio transparente que se abre frente al mar, y junto al visitante, se entregan al recogimiento íntimo de siete de ellos. Se apropian también de aquellos quienes las admiren en su concepción figurativamente humana y simbólica.

Caribe
Sentado sobre una roca está semidesnudo el vigilante, y el brazo que cuida lleva la mano a unos ojos que acucian la mirada y atisbanpresencias desconocidas, pero también aquellas que las suaves olas del mar traen hacia él. Este personaje monumental lleva el nombre bien del mar Caribe o el Caribe del indígena que pobló parte de este territorio. Escultura de superficies fuertemente texturadas que muestran la monumentalidad de una complexión masculinabien ordenada en lo artístico y anatomía.

Caribe. Piedra artificial con página de óxido sobre estructura .

Euro
Figura simbólica de la búsqueda de la riqueza del nuevo continente creada por el escultor Zuloaga, tanto a partir de la estructura formal del cuerpo como del brillo de las fuertes texturas que parecen simbolizar el movimiento de las olas, en especial en el modelado que cubre la cabeza. Personaje intemporal, Euro ocupa un espacio que vibra según la intensidad de la luz que incide sobre la figura masculina y resalta un movimiento virtual que se genera como si el ondular del agua del mar “mojar” su superficie de intenso brillo.

Dorado Cacao
Sentado sobre un risco saliente y las piernas colgando está este Dios del océano y la naturaleza. Encantado en su descanso y en la cálida transparencia de su entorno, su modelado arcilloso de contextura expresionista, debe verse solo a la distancia lejana, así se puede intuir y percibir la fuerte expresividad estética de lo que el verde cromatismo del entorno significa en la apreciación de esta escultura. Una cabeza coronada de algas remata un cuerpo más bien delgado que parece describir sin palabras lo que su nombre significa.

Calipso
Figura de mujer erguida con la nobleza de un cuerpo voluptuosamente femenino. La aurora la visita con su tropical iluminación mañanera, y ella algo espera. Escultura de soberbia estructura plástica que, como diosa griega y a la vez nativa de culturas propias del canto latinoamericano,sostiene la silueta de un pescado con su brazo izquierdo levantado. Calipso se presenta con su belleza resplandeciente en el espacio comprendido entre la vida y el arte. El escultor ha creado una obra maestra de lo femenino.

3,20 metros

El pescado
Figura masculina cuyas rasgos parecen haber sido borrados en ritmos circulares de vientos salitrosos. Sin configuración representacional, la gran mole volumétrica aparece más como una propuesta simbólica abstracta. Para el escultor es un auto-retrato que nada tiene que ver con la forma pescado; su expresión corporal texturada y gestualidad, sutilmente proyecta la acción de haber sido pescado. La tridimensionalidad de esta obra es una sombra clara que contrasta con la aridez de la pétrea oquedad que la sostiene.

Sirena
Pensativa mira hacia el mar la sirena de larga cabellera que sentada sobre una piedra en medio del mar, contempla el día y espera la noche. Escultura de gran calidad estética, en lo simbólicorepresenta la cuidadora de los mares y encantadora de los hombres. Femenina en su belleza, el rigor de su representación figurativa y superficies poco texturadas, más bien seductoras, anuncia el secreto del escultor que admira a la mujer como madre de la naturaleza y los misterios de la vida.

La esperanza
Más que una figura femenina, esta obra representa un símbolo muy arraigado en el espíritu del Ser humano: la esperanza. Sentada con los brazos sobre las rodillas y con el cuerpo inclinado hacia delante, su visible tranquilidad expresa una espera por algo que está por venir desde el misterioso y hermoso paisaje de estos Siete Mares. Con el tallado sobre un bloque de piedra artificial que parece más piedra preciosa traída desde las profundidades del mar, el escultor ha modelado a una mujer en la infinitudde una simbología contemplativaa.

Manos
Dos manos reciben en sus cuencos el agua de lluvia, el sol resplandeciente y el cuerpo del visitante quien desde esta atalaya podrá contemplar la inmensidad de esa superficie de agua que es Siete Mares. Aparte de la carga simbólica que representan cinco dedos y una palma, un estricto y gracioso modelado que sigue códigos anatómicamente estructurales figurativos,convierten a estas obras en confortables piezas utilitarias. Esas manos son de todos y de nadie, solo de aquel que la convierte en regazo de intimidad espiritual.

Bélgica Rodríguez
Crítico e investigadora de arte. Doctora en Historia del Arte
Presidenta de la Asociación Internacional de Críticos de Arte, AICA, Capítulo Venezuela

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LO QUE DICEN LAS MANOS

LO QUE DICEN LAS MANOS
(La obra de Nicomedes Zuloaga P.)
Por Luis Ángel Duque
“ Como el espíritu violento del Dios que se apodera del hombre por nacer en la mujer” Saint-John Perse, “Mares”
Son, en varias dotadas sintaxis, manos que labran la madera, o aún han soldado las partes metálicas de un casco de acero.
Son las manos de un escritor de antigua data, con poemas y dos novelas publicadas (Epitafio para un Filibustero “Canal” y Namrá el Inmortal) y llevada al cine; pero el artista es hombre de ciclos y devociones; y ahora, a casi cuatro décadas de cuando asistió al taller de escultura de Claudio Marzollo en el “School of Visual Arts” de Nueva York, y después de cumplir los ritos de un periplo ritual múltiple y muy interesante, NZP realiza su primera obra de la madurez, donde las figuras escultóricas se integran a un paisaje, haciéndolo narrativo y ontológico a la vez.

Los vigías de siete mares. Homenaje a los pescadores de Osma.

De cara al mar. Ya desde los primeros bocetos de “Los Vigías”, estos se yerguen emblemáticos y cercanos; porque, aunque cada uno de los personajes que lo configuran conllevan una historia y una simbología, son puramente escultóricos y así se pueden apreciar. Lo más notable es cómo se integran al paisaje, valorizándolo e identificándolo a la vez; casi todos alargan la mirada al más allá del mar, buscando respuestas en el océano mineral; cómo lo ha hecho el género humano desde hace milenios, y el enigma, no se resuelve aún, porque sus preguntas son respondidas como agreste ola o feroz marejada.


Pero el artista vive con intensidad tiempos apacibles, dedicado a sus intereses fundamentales: la escritura y la escultura.
El que escribe ha visto, en los últimos años, las etapas creativas, admirándose siempre de la energía fluyente; y como lo que más le interesa a NZP es el proceso, aunque ama el resultado final, las pátinas inigualables de los bronces, que aunque contemporáneos, él les sabe aplicar y que, desde el “Auriga de Delfos” (Museo de Atenas) el público del arte aprecia grandemente.
Sthendhal escribió sobre el rapto que se apodera de los viajeros trasatlánticos, cuando por fin contemplan los originales (Nota #1) “Es casi un síndrome, pero ellos han cruzado mares, de costa a costa, para apreciar a Buonarroti o al sin par Benvenuto Cellini.”
Aquí todo es único original. Aunque muy diestro en las obras fundidas en mediano formato, donde la feminidad parece imperar, ahora, de cara al mar, conjugando los materiales y los conceptos encarnados en personajes rudos y poéticos a la vez y que pertenecen a la mitología euro-americana, como resultado de los sincretismos de las razas y culturas más interesantes de la historia de la humanidad; que comenzó, en un crisol único, hace un poco más de quinientos años: el encuentro con América.
Estas obras son, con palabras del autor, “Alquimia espiritual” pero también materia sobre materia. Dos escalas se entrecruzan: el nuevo monumento al aire libre y las obras de taller.
Simultáneamente, mientras se gesta su obra de integración paisajística (tierra-cielo-mar) tiene lugar la creación incesante de sus bronces de mediano y pequeño formato. Para NZP el bronce, la antigua aleación de cobre y estaño (Cu-Sn) no es el bronce clásico, es un resultado de la “precipitación”, transmutando dos metales en uno de superior dureza y más dúctil en su presentación final.
Jamás le han interesado los procesos superficiales, o los poderes terrenales: el viaje lo hace perpetuamente el “VITRIOL” , que cuando aflora superficialmente es llamado lava o flujo piroplástico, y que hace 22 millones de años se desprendió del ferroso manto de la tierra y comenzó su lento ascenso a la luz. La única referencia plástica es el panel, de la colección del palacio Ducal, original de Hieronimus Bosch, llamado El Bosco, titulado “ Las almas ascienden al Empireo” .
Estos bronces son de la mundanidad, hechos por un ciudadano del siglo XXI. De facetas y aristas a lo Archipenko y luciendo sus galas patinadas: hombres, mujeres, caballos pertenecen a la ciudad. Es la crónica que hace NZP de nuestros días, donde el protagonista continúa siendo el ser humano. En su texto titulado “El Bosco” del año 2006 NZP escribió, precisamente: “La naturaleza del hombre es la mujer” aunque es un texto pasivo, expresa lo evidente porque el planeta se ha poblado con una especie dominante.
Pero tomemos a los medianos y pequeños formatos que han sido realizados siguiendo los cuatro pasos de boceto, modelo en greda, molde en yeso y forja del metal al rojo vivo hasta llegar a la obra final. La mayoría son piezas únicas, o de series muy limitadas. NZP jamás se ha excedido en su ansiedad por el reconocimiento o en la creación, por ello son contadas sus exhibiciones individuales, pues nunca ha pretendido triunfar comercialmente; o inundar el mercado de arte con sus esculturas en las que concibe como manifestaciones del ser y son, para mi, lúdicas e hieráticas a la vez, porque, aunque rígidas y hasta solemnes, son obras en estado de gracia: los jinetes cabalgan a lo Marino Marini, las mujeres muestran sus formas poderosas, los otros objetos están en el plan lúdico de relacionarse mágicamente entre si. Se columpian o balancean en el mundo artificial, ajenos a los dramas reales. Son ideal de un mundo perfecto. El lo sabe, no hay el drama de la existencia, pero tiene uno una razón poderosa para que sus obras no sean existencialistas: el cree en la felicidad terrenal, no concebida como un triunfo mundano, sino como la plena conciencia del ser, en un mundo hermoso. Sin ser un esteta, propone una estética esa es una tesis que debemos aprobar o respetar.
Durante la década de los 80, lo grotesco se volvió paradigma artístico (Paul Mc Cartney, Jean Michel Basquiat), para anteponer una posición política al modelo de dictadura de izquierda, o democrática en el cual se afincaban las dos potencias que dominaban el mundo. El arte y el “Low art” respondieron a esa gran tiranía que nada tiene que ver con los fundadores de esas grandes naciones; por ello, las mujeres de bronce de NZP no se torturan son rotundamente voluptuosas; los juegos se hacen un sinfín de bamboleos y balanceos, los jinetes y los hombres existen casi ajenos al drama terrenal. Ellos son un ideal, no son hiperrealistas, ni calcos de la realidad. Son un sueño hecho materia, sus bocetos en grafito y esculturas en bronce. Nobles.
Nota # 1: Stendhal; “Historia de la pintura en Italia” Colección Austral; Buenos Aires; 1948.-

Caribe

ESTADO CRÍTICO

Decimos que algo o alguien se encuentra en ESTADO CRÍTICO cuando una situación puede resultar fatal, en el caso de un cuerpo enfermo, o que una estructura está a punto de caer, en el caso de una construccion.


El ESTADO CRÍTICO parece ser la realidad más tangible que percibimos en el siglo XXI. Si bien el siglo veinte parecía ser el más trágico en la historia de la humanidad con sus dos guerras mundiales, la bomba atómica y las persecuciones políticas, el siglo XXI nos muestra un rostro aterrador.
Las guerras no sólo están circunscritas a los campos de batalla o a los bombardeos de campos y ciudades . La guerra mundial es ahora permanente, en cada rincón del planeta hay una guerra más o menos visible.
Una sociedad se encuentra en ESTADO CRÍTICO cuando el hambre, la delincuencia , la salud, la educación , la economía y los servicios han colapsado.

El Hambre
El Hambre


Como un paciente al borde de la muerte he visto a mi país acercarse lentamente pero, indefectiblemente, al estado crítico y me pregunto si, el infierno vivido en mi país, es realmente un retroceso en el tiempo , o un recuerdo del futuro.
A nivel planetario, la ciencia enciende alarmas que considera prácticamente irreversibles. El calentamiento global , la contaminación de los océanos y los acuíferos terrestres, la superpoblación, las migraciones y la desaparición de especies animales indispesables para nuestra supervivencia, como las abejas , podría terminar con la especie humana.
Europa se encuentra en ESTADO CRÍTICO y la sociedad occidental, con sus principios libertarios, enfrenta su posible desaparición ante la invasión silenciosa de culturas extrañas. Ya las calles de Londres o París dejaron de ser seguras ante una guerra mundial no declarada y la tecnología digital controla cada uno de nuestros pasos y acciones .
Las luchas del siglo veinte, marcadas por la búsqueda de la justicia social , el triunfo del humanismo y la distribución de la riqueza llevó a los más destacados artistas plásticos por la vía de la denuncia mostrando la miseria material y las más descarnadas imágenes de la explotación y la degradación humana. ( Los muralistas mexicanos con Diego Rivera y Siqueiros a la cabeza y, más al sur Guayasamin como el más conspicuo representante de ese arte) .
Vivimos el estado crítico cotidianamente. Se han sumado a las miserias y peligros anteriores, siempre presentes, nuevas situaciones que, ahora marcan el inicio del vértigo del tiempo final.
Ese vértigo es, en definitiva, el ESTADO CRÍTICO que manifiesta mi obra reciente cuya única salida parece ser el equilibrio y la armonía que, cada individuo, sea capaz de lograr en su mundo interior por medio de la ciencia de la conciencia, una ciencia de experimentación individual que no se enseña en las aulas escolares y que, pocas veces, llega a través de la leche materna. Sólo la certeza de nuestra trascendencia como seres individuales , nos dará la paz interior y el equilibrio necesario para mantener estable y salvar la estructura que se balancea en el estado crítico.
Pitágoras consideraba que la fórmula, aparentemente imposible, de la cuadratura del círculo era la fórmula de la incorporación del espíritu en la materia . Esta afirmación , esta fábula, mito o realidad tiene bastante sentido. Ya que hacer un círculo y un cuadrado con exactamente la misma área es imposible sin desplazarlos en el espacio. Sólo podrían coincidir en planos diferentes . Esa distancia podemos identificarla , simbólicamente , con la conciencia, ese puente sutil, supra racional , estado de despertar, mayor o menor, que une el espíritu del círculo con la manifestación material de los cuatro elementos del mundo tangible.
Otro tema de la Clepsydra que dió origen a mis obras que han nacido del proceso de girar un cilindro o un cono en 180 grados es el tiempo . El tiempo, al menos para nosotros los occidentales, forma parte de la teoría de la existencia ya que, desde el punto de vista del mundo visible, el tiempo y el espacio son unidad indivisible. Mi Clepsydra, como el hipercubo de Hinton, burlaría los límites de la tercera dimensión, penetrando la realidad intangible de la cuarta.
El tema del tiempo circular tiene ejemplos en las tradiciones de oriente y occidente. Una tradición rosacruz considera que, retornamos una y otra vez, para vencer nuestra condición primitiva e inhumana y avanzar por el sendero de la humanización y de la espiral evolutiva hasta lograr la reencarnación consciente, en otra unidad vital o en un cuerpo estelar inconcebible para el hombre común.

Kajuraho


Los hebreos profesan esta doctrina. Algunos rabinos consideran que existe «la rueda de la vida» que esa rueda sirve para realizar el «Tikún» : proceso de perfeccionamiento ligado al crecimiento y evolución dentro de la tribu, ya que se reencarnaría, dentro de la misma familia, con el mismo nombre y en la tercera o cuarta generación.
Los Parsi de Mumbai, para vencer al tiempo y alcanzar la vida eterna tienen una costumbre que podría parecer aborrecible. Llevan sus muertos hasta una torre y allí los dejan para que sean devorados por buitres hambrientos. La torre está situada en uno de los barrios más exclusivos de la ciudad, cerca del célebre Marine Drive, mentado antes de la independencia India con el rimbombante nombre de «Collar de la Reina».
El tantrismo, otro camino a la inmortalidad, tiene versiones orientales y occidentales, secretas y temidas, a causa de la carga del tabú. Por medio de la energía sexual que es la fuerza de todo lo viviente, el operador y la operadora descubren, en un tiempo minúsculo aunque eterno, la unión con el Todo y la trascendencia del mundo visible, finito e ilusorio. En occidente abundan los nombres de perseguidos ilustres que pretendieron alcanzar la eternidad por esta vía. Byron y los Shelley, Aleister Crowley y Wilde son algunos de ellos y en la India, los magníficos templos de Khajuraho fueron abandonados y proscritos hasta ser re-descubiertos por un oscuro oficial británico.

Teseracto o Hipercubo

CLEPSYDRA DURER

CLEPSYDRA se refiere a los relojes de agua que se utilizaron ,por primera vez, en el antiguo Egipto, quizás del instrumento más antiguo que conocemos para medir el tiempo . La incorporación simbólica del tiempo, como elemento central de mi obra, tiene su origen en reflexiones que se remontan a mis lecturas de algunas obras de Borges que plantean la existencia o no del tiempo circular y la posibilidad del «eterno retorno» como un fenómeno del despertar que tan extraordinariamente se plantea en «Las ruinas circulares» (en el sueño del soñador el soñado despertó). Esto estimuló la idea de representar la circularidad del tiempo mediante la ficción de girar un cilindro 180° y visualizar entonces cada rayo tocando el extremo diagonalmente opuesto en el otro extremo del cilindro, modificando el cilindro de manera que, en su revolución forma dos conos que producen la ilusión de movimiento, aunque todos los rayos son líneas rectas.

MEMORIA DESCRIPTIVA:
Se propone la instalación en la entrada Este la la residencia Pardo, de una escultura en acero de color rojo con las siguientes dimensiones : alto 3,45 mts, largo : 1,26 mts, ancho: 0,75 mts. La obra consta de tres cilindros de revolución que al girarse 180° formarán 6 conos verticales.

CUADRADO MAGICO DE DURERO:
Ahora bien, la idea del número de rayos y su proporción en cada cilindro está inspirado en la numerología del cuadrado mágico de Durero y su interpretación en el trabajo alquímico de la búsqueda de la perfección espiritual que nos plantea el más grande de todos los artistas del renacimiento alemán.


Se trata de la sumatoria de los cuatro números de la primera línea del cuadrado de Durero, que suma 34, cuya reducción numerológica nos da 7 (3+4=7) que, en la tradición de los artistas y constructores de la antigüedad, se relaciona con el número de los maestros que representa la perfección y la sabiduría como culminación de el trabajo del aprendiz y el de compañero.
La «obra maestra» era el trabajo que presentaban los compañeros ante la asamblea de los maestros durante la época de la masonería operativa que, después de la edad media, continuó latente en las escuelas ocultas del renacimiento. Entre los miembros de estas escuelas es evidente el caso de Durero que en su obra «Melancolía » representa los procesos alquímicos y sus herramientas cuyo centro gravitatorio es el «cuadrado mágico». Casi todos los maestros del renacimiento, formaron parte de estas escuelas de conocimiento , una de las más importantes y secretas, en los países bajos y Alemania fue la sociedad adamita de Los Hermanos del Libre Espíritu , sociedad secreta que tuvo gran influencia también en la obra de Gerónimo Bosch «El Bosco».
Ahora bien, desde un punto de vista simbólico, pretendo representar el Alpha y Omega de los trabajos alquímicos representados en la numerología del cuadrado mágico de Durero.

Cuadrado mágico de Durero

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