LA INTEGRACION AMERICANA

Por Nicomedes Zuloaga P. (Arkaúm)
Bolívar, Rodríguez y Miranda

1-Introducción
La intencionalidad es el único norte cierto en la lucha del hombre con su propia naturaleza ciega e indómita. Es el ejercicio permanente de la voluntad. Intención: desentrañar la verdad con respecto al proyecto bolivariano y su intención. Ubicar a Simón Rodríguez, maestro con mayúsculas, del Libertador en su lugar verdadero. Dimensionar al Merlín americano o al Sócrates de Caracas como lo llamaba Bolívar.

2-Infancia y educación de Bolívar
Heredero, huérfano y rico. Huída a los doce años de la casa de su tío. Entrega del niño a su maestro a quien ya quiere y conoce bien. Comienza de manera intensiva el trabajo en su pupilo. El Emilio. Retorno a la naturaleza. Proceso de desprogramación. Evitar la contaminación de la esencia del niño con las pervertidas costumbres sociales. Comienza la iniciación en el Arte Real.

3-¿Quién era Simón Rodríguez?
Presidente de una sociedad secreta que pretende la independencia de Venezuela. El 13 de julio de 1797 es descubierta. Samuel Robinson. Jamaica. Baltimore. Cádiz 1800. Bayona y Fray Servando Mier. Atala. París. Trabajo de autodominio y autoconocimiento.

4- 1803 Cádiz. Iniciación de Bolívar en la logia Caballeros Racionales.
Francisco de Miranda, su aventura y proyecto. Catalina. Grado del ejército ruso y pasaporte. O Higgins y Miranda.

5-Iniciación operativa e iniciación simbólica.
Proceso de iniciación de Bolívar a cargo de su maestro Simón Rodríguez. Proceso parecido a la psicoterapia moderna y ejercicios físicos. Concepción de la ambición probada de la cual habla Rodríguez. Viaje hasta Milán, coronación de Napoleón como rey de Italia.

6-Juramento en el Monte Sacro.
Proyecto para la construcción de una nueva humanidad. Rodríguez permanece en Europa. Viaja a Turquía. Escuela fundada en Rusia.

7-Fin de la etapa bélica y regreso de Rodríguez a América.
Concepción evolutiva de lo que llama Rodríguez EL HOMBRE. No hay evolución sin cambio. “No quiero parecerme a los árboles que echan raíces en un lugar y no se mueven, sino al viento, al agua, al Sol, a todo lo que marcha sin cesar”. Evoluciona lo que crece desde adentro.

8-Dos proyectos:
Miranda, la emancipación de las colonias comercio con Inglaterra. Mejorar la situación material de las provincias y la independencia política de España.
Rodríguez, emancipar al hombre que está dormido dentro del animal. La regeneración de la humanidad. Cambiar el mundo para siempre.
La obra de Miranda concuerda perfectamente co la primera etapa del proyecto de Rodríguez. Este perteneció a “Los iluminados de Baviera” secta secreta de reformadores sociales “oí de cerca al padre Enfantín, a Olinto Rodríguez a otros muchos que funcionaban como apóstoles de la secta”.

9-Integración americana. Las ideas de Bolívar.

10-La traición y la fuerza del colectivo.
La noche septembrina. Carujo, Santander, Páez, Flores. La pérdida del rumbo y la justificación de las logias de oriente. El asesinato de Sucre “ha muerto del Sol de Colombia”. Persecución a Bolívar. Orden de arresto. Confiscación de sus bienes. Como el demente, la América asesina a su salvador dejándolo morir de mengua.

11-Muerte de Bolívar.

12-Ultimos años de Simón Rodríguez.
En Concepción Valparaíso. Las Luces de América. Simón Rodríguez y Manuela Sanz juntos ancianos. “ Me voy manuela, porque dos soledades no se hacen compañía”.

13-Las mentiras de la historia oficial.
Enemistad de San Martín Bolívar. La división de la América del Sur. La gran confabulación comercial. Los problemas comunes. Las características opuestas de los pueblos, todo se une con su opuesto para superdotarse, es la ley de polaridad. América superdotada con el proyecto de Simón Rodríguez.

14-La historia la escriben los que ganan.
Discursos de Páez y de Soublette, nueve y doce años después de la muerte de Bolívar. El cráneo del Libertador (anatomista Pepe Izquierdo). Nos debatimos en la sombra. Sólo puede iluminarnos la llama de nuestro mundo interno que quiso Rodríguez, se convirtiera en el incendio interior de los humanos.

Introducción:
La intención de estas líneas es demostrar la profundidad, la viabilidad la necesidad histórica del proyecto de Bolívar. La intencionalidad es el único norte cierto en la lucha del hombre contra su propia naturaleza ciega e indómita. Es el ejercicio permanente de la voluntad. Por lo tanto, la intención mantenida y sostenida con disciplina es un acto creador. Modificador de las fuerzas ciegas de la naturaleza que actúan en el alma del hombre convirtiendo su vida en “una brizna de paja” que lleva el viento, colocando al ser al servicio de las pasiones. Dejándolo a merced de los instintos. El hombre sin voluntad se degrada al nivel de los animales. Los países sin norte, sin intencionalidad clara en sus proyectos respecto a su rol en el proceso evolutivo de la humanidad, están sujetos a las reacciones más temibles del colectivo irracional. Cuando se pierde la intencionalidad humana superior queda un vacío y ese vacío se llena con lo burdo y lo inferior. Es el origen de las guerras y de todos los males que ponen en peligro la armonía. Cuando cesa de manifestarse el hombre, empieza a manifestarse el animal.
Desentrañar la verdad sobre el proyecto bolivariano su intención, será nuestro aporte en estas líneas. Es una tarea para todos los latinoamericanos en esta hora crucial de nuestro continente. Era de grandes contradicciones y transformaciones profundas, discursos bolivarianos y nuevos dogmas que pretenden reducir el pensamiento y la conciencia, a veces, a meros lemas. Intentaré desvelar el poder, espiritual, quizás, que impulsó la voluntad indómita de un hombre para entregar toda su fortuna su vida al ideal emancipador y con él, al HOMBRE que entregó a Bolívar las herramientas para llevar a cabo su obra. Me refiero a Simón Rodríguez y su proyecto para regenerar a la especie humana y dar el ser, como solía decir, a las naciones que su discípulo debía liberar por las armas y mantener unidas por la razón.

Infancia y educación de Bolívar.
Bolívar nace en Caracas en 1783 en una familia aristocrática de origen vasco. Todo intento por torcer o pretender deformar este hecho es sólo una manipulación para manipular. A muy corta edad es huérfano de padre y madre. El carácter del niño y la causalidad lo llevan hasta Simón Rodríguez, filósofo y maestro. Causalidad porque Rodríguez es uno de los iniciados por Miranda en su proyecto de liberación continental. Es de los que conocen el secreto del llamado “Pacto de París” cuya finalidad era “provocar una explosión combinada y general en todos los pueblos de la América española”. De acuerdo a lo que afirma J.A. Cova el proyecto del Pacto de París, culmina con el estallido en 1810 de los movimientos en Caracas, Buenos Aires, Bogotá, México, Quito y Santiago de Chile. Causalidad, a que don Feliciano Palacios, tío de Bolívar, es amigo de Simón Rodríguez y está convencido de que es el mejor maestro para su sobrino.
La fortuna económica había sonreído a Bolívar desde su nacimiento. El día de su bautismo recibió de su pariente Félix Aristigueta, como regalo, una hacienda que producía 20.000 duros al año. Una fortuna. Ya antes de los tres años, Bolívar era huérfano de padre y la madre, apenas le sobrevive cinco años.
Desde una edad muy temprana, Rodríguez le enseñó a Bolívar los rudimentos de castellano, latín, aritmética e historia. Sin embargo hay que destacar que la vida de Bolívar cobra características sui-generis. En la víspera de su cumpleaños en 1785, antes de los doce años, abandonó la casa de su tutor, Feliciano Palacios y huyó a casa de su hermana María Antonia. Durante la ausencia de Feliciano que se encontraba de viaje, el niño había quedado a cargo de Carlos Palacios, hijo de Feliciano. Carlos, con la intención de administrar los bienes del heredero, reclamó ante tribunales la tutoría de su sobrino. Se establece una disputa en torno a Bolívar. Por su parte, el marido de María Antonia también se interesa por la herencia de Bolívar. Para terminar el pleito, Carlos Palacios propone que el niño se vaya a vivir con su maestro ya que, cuando la policía fue a buscarlo, Bolívar se negó a regresar a casa de su tutor. Ese instante cambió para siempre, no sólo la historia de Bolívar, sino la de este continente. La casa de Rodríguez se convirtió en domicilio tutelar del niño. Así comienza la gran aventura que aún no termina. El proyecto de aquel gran filósofo disfrazado de maestro de escuela.
Durante aquellos días también ocurrió otra fuga. Esta vez la había inspirado el obispo de Caracas. María Antonia quería que Bolívar entrara al seminario y estaba dispuesta a todo. Consideraba que, las ideas de Rodríguez eran poco cristianas. A los pocos días, el muchacho descubrió que el seminario no era para él y pidió que le dejasen volver a la casa de su maestro. Dos fuerzas se peleaban el alma de Bolívar.
Una vez que Bolívar regresa a casa del Maestro este lo educa con clara intencionalidad. Convertirlo en un ser humano atípico, al estilo del Emilio de Rousseau. Rodríguez considera que es el mejor sistema para educar a un niño, no sólo para prepararlo intelectualmente, sino para convertirlo en un hombre distinto.
Inicia la educación con un proceso de desprogramación. Se trata de volver al niño a su naturaleza esencial. El mismo Rodríguez afirma que se había dedicado al “difícil estudio de no enseñarle nada” a fin de que pudiese quedar en lo que llama el “estado de naturaleza”. Por razones más dogmáticas que reflexivas se ha atacado mucho a Rousseau. Se le acusa de idealizar la vida del salvaje y que ha dado pié para el florecimiento de algunas filosofías, por decirlo así, inconvenientes para la visión occidental del hombre. Visión que, por cierto, trataremos en profundidad más adelante. Sin embargo, lo que intenta Rodríguez es sanar al niño, limpiando su alma de las perversidades de la vida social. Pretende que Bolívar aprenda a estar consigo mismo y con la naturaleza. El sistema educativo se parece un poco a lo que hoy se denomina “aula abierta”. Se pasan los días en la hacienda de San Mateo. A Rodríguez no le interesa lidiar con la personalidad ya algo desequilibrada del niño que, a pesar de su riqueza material, ha pasado por grandes vicisitudes en su mundo interior. El maestro quiere trabajar la esencia del niño. De allí que no quiere enseñarle nada. En verdad, su trabajo es enseñarle a olvidar. Plasmar la naturaleza y su belleza en el alma de Bolívar para que olvide los tribunales, los pleitos de familia y su amargura que ha nacido de las contradicciones de su infancia. Otra área de trabajo en la cual dirige a su pupilo es en la lucha contra la inercia física, esa fuerza que impulsa mecánicamente a los seres y se parece a la fuerza de gravedad que hace que los cuerpos celestes permanezcan en su órbita. Quiere hacer de Bolívar un HOMBRE en sentido superior. Por lo tanto, lo incita a realizar interminables ejercicios físicos. Quiere convertirlo en un ser activo desde su interior. Unir al sabio, con el atleta. El resto de la educación de Bolívar fue vivencial. Aprendió cosmografía viendo al cielo estrellado, geografía viajando y mirando a las montañas, botánica y zoología, sumergido en la flora la fauna de los valles de Aragua.
Esta primera iniciación de Bolívar consistía en una limpieza interior. Sabía Rodríguez que las costumbres sociales, el qué dirán, la fuerza inconsciente del colectivo, coartan al hombre y lo esclavizan. El creía en la libertad, pero sabía que esta tenía que empezar por la liberación del individuo. Por el regreso a la esencia de lo que somos. Rodríguez pretendió que, desde temprana edad el muchacho se conociera a sí mismo. La idea es que el hombre y la mujer lleguen a la certeza de su propia existencia individual y eterna, no por el camino de la creencia mística, sino por el conocimiento de si mismos, de sus limitaciones y sus virtudes y de su ubicación en la naturaleza. Se trata de descubrir la autenticidad en todos sus actos. Ser espontáneo, o simplemente, ser. En términos más acordes con nuestros días, diríamos que el maestro pretende una educación de desalienamiento. Un proceso interior para alcanzar el pensamiento objetivo.
Sabemos que esa pretensión de Rodríguez, al menos en toda su extensión, se logra sólo por la llamada muerte en las iniciaciones operativas. Se trata de la muerte de la personalidad. Se destruye la máquina inconsciente y se la sustituye por una herramienta consciente. Se borran los circuitos mecánicos de nuestro cerebro y van tomando su lugar circuitos voluntariamente creados. El hombre se recrea desde su centro volitivo.
Este filósofo “magus” es el maestro de un guerrero a quien enseña que hay que vencerse primero a sí mismo en todos los rincones de su cuerpo y personalidad. Voluntad es el nombre de la enseñanza, superesfuerzo y poder. Sólo la voluntad vence la inercia, es la inercia lo que nos convierte en juguetes del destino. Por eso, toda la enseñanza de Rodríguez, en esta etapa, está dirigida a vencer la inercia que se manifiesta también en forma de sueño y que, como dije antes, podemos identificar con la fuerza de la gravedad. Bolívar desarrolló tal poder a base de estos ejercicios que, a pesar de su escasa estatura de su contextura débil, se convirtió en un nadador invencible y en un caminador incansable. A los 13 años ya había completado la primera etapa de su entrenamiento para las grandes azañas del futuro.
Afirma J.A. Cova, biógrafo de Rodríguez que el método de estudio empleado por el maestro fue la contemplación. Según Allan watts, el arte de la contemplación consiste en observarse sin intervenir en los procesos naturales de nuestro cuerpo para que estos adquieran su ritmo natural superior. Se trata de la creación de un yo, que se mira a si mismo.
Las conversaciones con el sabio, llevan a Bolívar a plantearse ideales impersonales. A sentirse parte del todo, percibir su función como parte de la naturaleza. Cuando Bolívar tiene 14 años, en 1797, debe separarse de su maestro. Se descubre la conspiración de Gual y España. Rodríguez está mezclado y se ve obligado a huir de Venezuela. Cambia su nombre por el de Samuel Robinson. Empieza para el maestro un peregrinaje que le consumiría el resto de su vida. Peregrinaje, por cierto, en crecimiento permanente. Estudiando, aprendiendo idiomas, es decir, evolucionando y perfeccionando sus conocimientos. “ No quiero parecerme a los árboles, escribió, que echan raíces en un lugar y no se mueven, sino al viento, al agua, al sol, a todo lo que marcha sin cesar”. No puede haber evolución sin cambio él lo sabe. Rodríguez se adapta a cualquier circunstancia. En el movimiento se libera del colectivo y se hace único. Se edifica a sí mismo. Se identifica con el viento, elemento que rige el intelecto y la imaginación, elemento ligado al pensamiento. A través de nuestra respiración podemos penetrar en nuestra mente intelectual e imaginativa para colocarla a nuestro servicio. Pero también se identifica con el agua, centro de la emocionalidad, no para dejarse llevar por las aguas emocionales sin rumbo, sino para ponerlas al servicio de su creación. Sabe que el agua es elemento donde se regulan los tonos vibratorios que rigen el universo y que la identificación y el dominio de estas fuerzas, son la base para la creación. Se identifica con el Sol, fuego creador. Poder crístico y luciferino, portador de la luz, ya que su vida está al servicio del espíritu. Es entrega total a una obra suprema.

¿Quién era Simón Rodríguez?

El nombre verdadero de Simón Rodríguez era Simón Cayetano Carreño Rodríguez. Nació en Caracas en 1771 y vivió viajando por el mundo hasta 1854.
Hasta hace poco se había tenido una imagen más o menos ingenua de este hombre a quien, la historia oficial, presentó como personaje cuya única obra era haber sido el maestro de primeras letras de Bolívar, se le presentaba como un pedagogo. Ahora, existe un redescubrimiento del personaje y ya se sabe que nada está más lejos de la realidad. Quizás intencionalmente, los detractores y traidores de la obra bolivariana, quisieron borrar su recuerdo o deformarlo ya que este hombre había diseñado un proyecto duradero para Latinoamérica y había preparado a un hombre como herramienta de carácter superior, para lograr su objetivo. La idea de abandonar por tantos años, la historia e interpretación profunda de la vida de este hombre responde, seguramente, a una intención bien definida: no permitir que se realizara la obra que, por medio de esta obra, surgiera el nuevo hombre en nuestra América.
Afirman Cova que Simón predicaba en la plaza pública de Caracas. Que fue uno de “los iniciados por Miranda en sus proyectos de liberación del Continente y es de los que están en el secreto del famoso pacto de París inspirado por Miranda y cuya finalidad tendía a provocar una explosión combinada y general en todos los pueblos de la América Española”.
Rodríguez, utilizando sus conocimientos, inició a Bolívar para realizar una parte de su obra. Lo convirtió en el brazo ejecutor de su proyecto. En una carta le escribió a su prima Fanny Du Villars en los siguientes términos: “ Rodríguez pensaba hacer nacer en mi la pasión a las conquistas intelectuales, a fin de hacerme su esclavo” el joven, todavía ingenuo, de veinte años, no se imaginaba cual era la verdadera intención del sabio.
Durante su estancia en Europa, según relató en su vejez, Rodríguez concurrió a juntas secretas dedicadas al estudio de asuntos sociales. Misteriosas sectas que todo indica estaban relacionadas con “los iluminados de Baviera” promotores de la revolución Francesa. Misteriosas sectas pre-socialistas donde afirmó haber conocido de cerca al padre Enfantín, a Olinto Rodríguez, Pedro Lerroux y a otros que, según él, eran “los apóstoles” de la secta.
Cuando huye de Caracas empieza a llamarse Samuel Robinson se va a Jamaica. Aprende inglés y se inscribe, como alumno, en un colegio de primeras letras. Participa con los niños en forma totalmente desinhibida en sus juegos. Su intención era, no sólo aprender el inglés, sino estudiar a fondo los sistemas educativos y su efecto sobre los niños para perfeccionar su propio sistema educativo. Después viajó a Baltimore donde debe haber realizado contacto con organizaciones secretas. Trabaja en una imprenta y descubre que todas las letras se pueden formar con un círculo y una recta. En base a esto inventa un método para enseñar la escritura “divirtiendo” como solía decir Bolívar que enseñaba su maestro.
Su sentido del humor fue proverbial en todas las circunstancias de su vida. Fue un enfermo de optimismo. Solía decir que él era el único americano del sur que había ido a Europa, no con el fin de derrochar fortuna, sino con el de adquirirla. Sus excentricidades han pasado a la posteridad, por desgracia, con más eco que su obra. Un militar amigo le anunció que le había nacido un hijo “ si es varón debe eliminarse, le dijo, porque los hombres son asesinos, ladrones y bandidos y si es mujer, ellas son el pecado. Mejor es no tener hijos. Pero como o los tengo, usted dirá que me contradigo, pero no hay tal, es que mi casa es visitada por muchos amigos!”
En otra ocasión, en Perú le robaron una mujer. Esperó ocho días y le mandó una carta al seductor “ devuélvame mi mujer, porque yo también la necesito para los mismos usos que usted la tiene destinada…”.
En Ecuador, tuvo tres hijos. A uno lo llamó Choclo, al otro Zapallo y a la niña Zanahoria. Su sentido del humor puede parangonarse al de Zorba el Griego, ese arquetipo hermético que inmortalizó Kazanzakis.
Rodríguez pretendió divulgar una enseñanza secreta en forma indirecta y auténtica. Sin rituales, ni simbolismo intrincado. Sin embargo, su obra fue incomprendida a pesar de sus esfuerzos. En el momento clave, no recibió el apoyo que esperaba de Bolívar. En verdad, su excéntrico método de enseñanza, le valió muchos enemigos. Don Pedro Cruzat recuerda que, en su escuela de Concepción, para enseñar anatomía, alineaba a sus alumnos en dos filas y se paseaba entre ellos “en cueros”. “Como hablo de cosas extrañas, nadie me entiende y paso por loco”.
Rodríguez llegó a Cádiz en 1780. ¿Qué ocurrió en Cádiz? Algunas fuentes masónicas afirman que recibió su grado de aprendiz. Allí funcionó una logia fundada por Miranda Llamada “Caballeros Racionales” en la que después sería iniciado Simón Bolívar como Aprendiz Masón (sus grados de Compañero Maestro los recibió en París). Miranda había llegado a esa misma ciudad unos años antes, en 1771 a bordo de la fragata Prince Frederik. También José de San Martín, Libertador del Sur, estuvo destacado en Cádiz como oficial del ejército español.
Después de Cádiz, Rodríguez se fue a Francia, donde, en Bayona, se encuentra con Fray Servando Mier. Allí, conjuntamente con este cura mexicano hacen una traducción de Atala de Chateaubriand, obra de un riquísimo simbolismo. Afirma, Fray Servando en un escrito que, Rodríguez, o Robinson, como se llamaba, tenía contactos con ciertos discípulos que le costeaban la impresión de la obra y exigían que apareciera con el nombre de Robinson. Aunque, según el padre, la mayor parte de la traducción la había realizado él.
Fray Servando estaba en Bayona porque se había escapado de la inquisición en México. El afirmaba que el cristianismo estaba ya en América antes de la llegada de los españoles y que la religión de los pueblos originarios de Yucatán era perfectamente cristiana. Decía que en el año uno de nuestra era, Santo Tomás había venido a predicar en América y que había venido en forma de serpiente emplumada.
Robinson y Mier viajan a París con la intención de fundar una escuela de idiomas para ganarse la vida. Allí, el sabio se dedica a hacerse más sabio. Aplica una fórmula: superesfuerzo y disciplina=evolución. Rodríguez se dedicó a trabajar en sí mismo. Trabajo de autoconocimiento y autodisciplina. Luchó contra su animal para ponerlo a su servicio. “ A la guerra no se va a vivir” decía. La lucha con su animal es encarnizada. Arturo Guevara afirma que “el mismo decanta la confianza con que obra el que conoce sus fuerzas. En su buhardilla, mala de aire, luz y calefacción; sin embargo, se acoraza para domar la vida, no importa qué latitud del mundo. A fuerza de voluntad, a costa de hambre y vigilia, conquista la obediencia de su organismo: para eso, el es el capitán y la tripulación de su barco…a bordo de su vida sólo el manda y es jefe”. El poder espiritual no se regala. La sabiduría de la naturaleza se manifiesta en los elementos de los cuales está formado nuestro cuerpo y hay que conquistarlo con esfuerzo. La conquista de los elementos por la voluntad, ese es el destino de los verdaderos hombres y mujeres. Rodríguez conquistó su tierra con el hambre. Y a qué son la vigilias a las cuales se refería en viejo don Simón al recordar su etapa parisina. Se refería al despertar. A la expansión de la conciencia. Se despierta en vigilia. Hay que despertar al durmiente que habita en nosotros para empezar a existir.

Por Nicomedes Zuloaga P (Arkaúm)