ORIGEN DEL MAGISMO

Por Nicomedes Zuloaga P.

La magia, según algunos orientalistas, se refiere a la gran ciencia. Era considerada la ciencia sagrada, la que podríamos identificar con el Arte Real. Para los egipcios la magia se refería al culto de sus dioses y se adquiría por medio de ese culto. El “Libro de Los Muertos” se reduce a un tratado de alta magia. Así mismo, en la iniciación en los misterios de Osiris, los iniciados, recorrían un camino desde la muerte iniciática hasta la reconstrucción del ser uno. Para los egipcios, el profano ya estaba muerto. Su ser se había fraccionado, perdiendo su unidad. El proceso iniciático pasaba por la reconstrucción de los pedazos del ser (los yoes) desparramados por el mundo. El mito de Osiris habla por si mismo. Osiris había sido asesinado por su hermano Set quién repartió sus miembros y los ocultó en todos los rincones de la tierra para que fuese imposible su reunificación. Evidentemente, se refiere a esa multiplicidad de yoes que componen el alma del profano. Antes de convertirse en un verdadero mago, la personalidad del individuo se encuentra fraccionada y sus partes son desconocidas para el individuo. Existía para la concepción egipcia una fuerza maligna que impedía a los humanos conocerse a si mismos. Esta fuerza maligna le hacía creer que estaba vivo cuando, en verdad, caminaba por la vida como un muerto viviente. Caminaba, pensaba y soñaba que vivía. La única manera de escapar a esta especie de maldición era por medio de la muerte iniciática. Isis, que era la esposa de Osiris, señora de los misterios de la naturaleza, sería encargada de buscar los pedazos de su esposo conjuntamente con Horus que era su hijo y también esposo. El iniciado, en realidad, toma el lugar de Horus, hijo iniciático de Osiris que puede considerarse como el mismo Osiris.

El hijo es el iniciado mismo. Es así como, todo verdadero iniciado, se convierte en hijo de si mismo. De su propia voluntad y de su propia conciencia. El iniciado al penetrar el umbral, se convertía en su propio creador. Ahora bien, para lograr con éxito su empresa necesitaba el apoyo de Isis, guardiana de los misterios de la naturaleza. Isis representa el alma femenina. Sólo se podía acceder al verdadero conocimiento del ser si Isis levantaba su velo y mostraba la verdad al iniciado.

Para los iniciados osirianos ver cara a cara a Isis significaba encontrarse frente a frente con la verdad, visión por cierto aterradora pues tendría la capacidad de ver sus verdaderas miserias y su propia nadidad. Descubriría lo inútil de su vida y la verdad sobre la cruel trampa de los señores del destino (representados por la corte de Anubis).

La naturaleza y sus leyes implacables sólo se podía conocer por medio del valor y de la pequeña piedra o chispa divina. El alma de todo adepto debía ser pesada para ser admitido en los misterios.

El proceso iniciático culminaría cuando todos los pedazos (los yoes) fueran de nuevo integrados en un solo ser. Horus, en su viaje de occidente a Oriente y de Oriente a Occidente, lograría su reunificación volviéndose de nuevo Osiris.

Sólo el pene faltaría. Entonces Isis, el alma femenina, fabricaría un falo de Oro y el hombre-dios Osiris, volvería a la vida con su capacidad creadora. Al casarse la señora de la naturaleza con el iniciado, le revelaría todos los misterios de la naturaleza y la verdadera sabiduría regiría la vida del hombre convertido en sabio.

Para los pueblos antiguos, los dioses sólo representan las potencias ocultas de la naturaleza que personificaban los sacerdotes. Estos sabios ilustrados sólo veneraban el principio Uno e innombrable. El Gran Arquitecto de la Naturaleza.

La magia es la ciencia para comunicarse con las potencias superiores de la naturaleza,  ciencia conocida sólo por unos pocos, es el conocimiento práctico de los misterios.

En la edad media, los sabios dividían la magia en tres: La teurgia, Goecia y magia natural. La teurgia se identifica con la reconstrucción del hombre-dios en la tierra y su proceso de purificación y perfeccionamiento para darle vida eterna, es la magia del sacerdocio. La Goecia es la magia negra, que trabaja en los planos inferiores de la existencia y responde al operador no cualificado que persigue los fines de sus pasiones y deseos inferiores. La magia natural se refiere a la magia blanca que se expresa por medio de un estudio progresivo, exacto y dirigido al perfeccionamiento del hombre. Es la magia más relacionada con los misterios menores.

El camino del mago es un proceso de exaltación de sus potencialidades interiores y mentales, entendiendo la mente como la totalidad del ser. Estas potencialidades elevadas y purificadas como un cristal, convierten al mago en un ser muy distante del ciudadano de nuestra época y del hombre común del pasado.  Perseguir esta ciencia implica un grado de aislamiento y abnegación. El universo entero se rige por un principio de mercantilismo energético en el cual se cambian unas cosas por otras. Es imposible el camino del mago sin sacrificio.

Jámblico dijo que los magos “ por medio de la teurgia sacerdotal, declaran que pueden remontarse a esencias más elevadas y universales y hasta aquellas que están por encima del destino, esto es, hasta dios y el Demiurgo, sin hacer uso de la materia ni asumir otra cosa alguna, excepto la observación de un tiempo razonable”.  Estas palabras señalan el verdadero camino del mago. La intencionalidad del sacrificio y de las privaciones. Se refiere a la conquista del mundo de la eternidad de los cielos superiores a lo humano común. La magia es la ciencia de los que desean ser más que humanos.

Paracelso se refería a la magia como el más elevado poder del espíritu humano para gobernar las influencias exteriores y hacer el bien. No debe confundirse la hechicería con la magia. La verdadera magia se apoya en el poder del espíritu y de la conciencia superior. La hechicería se fundamenta en el poder del alma animal que conforma el colectivo del homo-sapiens y es una energía densa e inferior. La magia, en cuanto a este trabajo se refiere, es la luz y la hechicería, las tinieblas.

Es importante destacar que los antiguos se refirieron al magismo como un sinónimo del Mazdeismo, la religión de Zaratustra. El origen del magismo se remonta, según Xanto de Lydia, a seiscientos años antes de la guerra de Troya que, de acuerdo con Aristóteles ocurrió seismil años antes de Platón. Estamos hablando de la noche de los tiempos. Las enseñanzas de Zoroastro se difundieron con el nombre de Magismo y tuvieron gran influencia en los sabios caldeos y mosaicos. En realidad Zoroastro es un nombre genérico para la tradición de los antiguos persas y debe referirse no sólo al gran legislador, sino a una pléyade de magos de la antigüedad que debieron pasar sus conocimientos  por vía oral. El último de los Zoroastros debió construir, de acuerdo a la doctrina secreta, el llamado templo del Fuego de Azareksh.

 

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