Los vigías , Calipso

 

image Diosa atlántica de dos mundos, reina oculta de una isla bella y misteriosa. Calipso era hija del Atlas. Cuando los Olímpicos ganaron la guerra fue castigada con el abandono. Ulises llegó hasta la cueva de Calipso y se dejó seducir por por sus encantos hasta quedar literalmente atrapado, o encantado, entre otras cosas, por el ofrecimiento de la vida eterna. Herencia del griego para ser universal. Cada mil años conoce el amor para ser infinitamente abandonada en su cueva ante el amor de Ulises que regresa a su tejedora. Calipso azul, madre del mar Latino, teta descomunal que gesta las aguas de nuestro amado océano.

Los vigías , Cacao

Cacao, dorado como el sol caminó por la selva eterna. Conocía el canto de los arrendajos, del piapoco y del tucán, conocía el vuelo de los veloces cernícalos como el gavilán primito, había comido el corazón palpitante del águila harpía, volaba sobre la inmensidad verde y, desde la altura, conocía los misterios del mundo. Cuando caminaba por la sabana, hablaba el idioma de los alcaravanes y así, aprendía la vida, desde abajo, o desde arriba. El tucusito, pájaro de la magia y del amor, le enseño el sabor de la dulzura y a volar de flor en flor. Transitaba por caminos invisibles siguiendo el sueño del regreso. Le habían hablado del horizonte y de la existencia del mar. Desde la montaña, asombrado, observó el océano y la interminable línea del fin del universo. Se sentó en el risco y decidió quedarse allí a mirar el carite saltar sobre las olas. El hombre del cacao trajo su semilla, según dicen de las pirámides truncas del norte, o del más antiguo y misterioso sur y la plantó a la sombra de los añosos árboles y sembró también, con el cacao y con su mujer de arcilla, su prole pescadora.

 

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Los vigías , Euro y Shangó

 

Euro y Shangó, los hombres azules del mar bajaron del barco. Euro traía la ciencia y el sarampión. La cruz también y, con ella el pecado y con el pecado la lujuria, venía de tierras extrema-duras. Con el hambre que sólo sería mitigada con la papa americana. Buscaba una riqueza ignorada por el hombre de la tierra que sólo veía el sol en el metal dorado. Euro buscaba el oro que todo lo cubría en las “doradas colinas de Manoa”. Los hombres azules venían del mar con sus aceros y sus extrañas creencias del dios crucificado y su ciencia. También trajeron del horizonte hombres de ébano y mujeres de ébano atados en las bodegas de sus barcos. Esclavizados en tierras lejanas conseguirían, primero su desgracia y, después, su libertad en las abundantes selvas del cacao. Como sus captores, llegaron con sus dioses y su cultura. Espíritus protectores de aquellas aguas y esos montes, así llegó Shangó, dios del trueno y el rayo, embajador del otro mundo que vino a luchar o conciliar, según el caso y, con el Yemallá, señora del océano, protectora de las creaturas marinas y Oshún diosa del amor, de la belleza y de las aguas de los ríos. No sabían los hombres azules que, con sus cruces, traían también un cargamento de dioses para enriquecer la cultura de estas tierras. La lujuria, el presunto mal, unió a los hombres azules del acero con las mujeres de ébano y al final, todos, con aquellas mujeres de la tierra, mujeres de cobre y de huidizas caderas. Pero el hombre que llegó del mar, vivo todavía en la memoria de la sangre, cuando espera el cardumen sigue mirando al horizonte de donde llegó alguna vez una ciencia, una cruz y un panteón de dioses poderosos.

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Los vigías , Caribe

Caribe, el hombre de la tierra y del mar atisba el horizonte. Espera, como siempre, la llegada Dell lebranche, del jurel, carite o tajalí pero, a lo lejos, se acercan los navíos con sus cruces y sus velas blancas. Nunca había visto esas velas y esas cruces, ni aquellos hombres azules, con sus cuerpos de metal brilloso. Pero el hombre de la tierra y del mar, el caribe, con cautela, al ver que de los navíos descendían hombres enormes, con cuerpos de bestia y patas descomunales, cuando escuchó el trueno y el rayo en sus manos, después de luchar, huyó a la selva eterna inmensa y abundante. Escapó con los hombres pájaro y con su idioma de los pájaros que eran espíritus superiores. Abandonó el mar para internarse en lo profundo de la tierra y navegar las aguas del caudaloso Orinoco para encontrarse con Canaimo y  reencontrarse con el árbol enorme de la vida en el Autana. El tiempo que acumula la memoria bajó al invasor de sus bestias y la lujuria de la tierra unió el mar y la tierra y las costas lejanas en el feraz útero de la naturaleza.

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TEOREMA DEL CAOS

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Por Nicomedes Zuloaga P.

Blanca Baldó publico otro libro de poemas. Ya, hace algunos años, nos sorprendió con Adicta al miedo. Poemas de entrega y valentía. En ellos, la naturaleza levanta su velo para mostrar su poder que, desde la intimidad, nos muestra su ternura y su garra de tigre o gavilán.
Ahora nos regala Teorema del caos. Por esas circunstancias sutiles, como la poesía misma, o por sincronismo, ese paralelismo a causal, me había llegado un trabajo de Augusto Rotavista, narrador y pintor colombiano, con el título de la Predestinación del caos, obra en la cual afirma que el caos es la oportunidad que posee el “predegestinador” para auscultarse a sí mismo. Cuando leí estas líneas no tenía idea que los poemas de Blanca Baldó, aquellos que había escuchado quizás, no demasiado atento, hace algunos años, estarían en mis manos, ahora, publicados por la Editorial el perro y la rana. Al releer esta obra, quizás por ese proceso de “pregedestinación” caótica, principio alquímico de toda creación o encuentro, los escritos de Rotavista iluminan o, en cierta forma, describen, al Teorema del caos de Blanca, camino de autoconocimiento, muerte y resurrección en ese templo secreto del orogasmo de la casa de oro,/tigre, que te enciendes en luz por los bosques de la noche que, por cierto, ningún varón atrapado en su intelecto ha descubierto. Seguir leyendo TEOREMA DEL CAOS

LOS MOLDES INVISIBLES

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Por Nicomedes Zuloaga P.

El problema está en los moldes. Para que las piezas salgan perfectas se necesitan moldes perfectos, lo cual es una imposibilidad ya que el barro es sólo un elemento plástico que, casi nunca, es manipulado por manos impecables. Un molde perfecto requiere un trabajo profundo de rectificación. Eso es en el caso del proceso aditivo, en el cual se parte de un remedo, mímesis platónica, pero con la intención de construir una realidad mayor. En el caso de la obra reductiva que se basa en la eliminación del material sobrante y parte de una perfección existente, pero invisible, cómo en el caso de la piedra, un mármol, por ejemplo, en cuyo interior ya esté la obra perfecta, el alma perfecta, el trabajo requiere maestría mayor ya que, los defectos incorporados en la obra por medio del uso de la fuerza, o de una rotura, no se pueden corregir como en el caso de la técnica aditiva lograda con un material plástico y moldeable como el barro, la plastilina o la mierda humana o animal. Reverón, por ejemplo, utilizó la mierda. No hay material que sea tan vil, como para que no se pueda utilizar en la obra. Seguir leyendo LOS MOLDES INVISIBLES

SIMÓN ALBERTO CONSALVI

No recuerdo con seguridad cuando conocí a Simón Alberto Consalvi. Recuerdo si que, a finales de 1982 o principios de 1983, me encontraba en Buenos Aires escribiendo mi novela «Epitafio para un Filibustero» o «Canal» título con el cual apareció la primera edición de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Después, escribió el prólogo de la edición de Epitafio que publicó editorial Pomaire. Leyó el libro y con generosidad y desapego, escribió las líneas que dieron brillo a la edición de 1989. Durante esos días, compartimos horas de discusión y análisis del drama centroamericano y de su historia y de «las aventuras y las desventuras de una tierra que no tuvo ni ha tenido paz, que nunca conoció el sosiego y que siempre tuvo (y tiene) ojos que la miran con toda la codicia del mundo». Seguir leyendo SIMÓN ALBERTO CONSALVI

LA EXTRAORDINARIA HISTORIA DE MARY SHELLEY

 

Por Nicomedes Zuloaga P.

Tal como si fuese la construcción de su alter ego, obsesión que inspira la lucha de aquellos que pretenden alcanzar la perfección, un joven suizo, salvado entre los hielos del polo norte, narra la escalofriante historia de la construcción de aquel ser, alter ego, al que logró dar vida. El joven doctor había estudiado la filosofía oculta de Cornelio Agrippa, los escritos de Alberto Magno, Paracelso y la alquimia, cuya meta era el perfeccionamiento del alma humana. Pero Mary escribió una historia “que pudiera expresar los temores misteriosos de nuestra naturaleza”  lo oculto y repugnante, lo que hay detrás de la máscara. Así que llevó su personaje a abandonar aquellas ciencias “anticuadas” y lo colocó ante “verdaderos” científicos en la universidad de Ingolstadt. Seguir leyendo LA EXTRAORDINARIA HISTORIA DE MARY SHELLEY

ORIGEN DEL MAGISMO

Por Nicomedes Zuloaga P.

La magia, según algunos orientalistas, se refiere a la gran ciencia. Era considerada la ciencia sagrada, la que podríamos identificar con el Arte Real. Para los egipcios la magia se refería al culto de sus dioses y se adquiría por medio de ese culto. El “Libro de Los Muertos” se reduce a un tratado de alta magia. Así mismo, en la iniciación en los misterios de Osiris, los iniciados, recorrían un camino desde la muerte iniciática hasta la reconstrucción del ser uno. Para los egipcios, el profano ya estaba muerto. Su ser se había fraccionado, perdiendo su unidad. El proceso iniciático pasaba por la reconstrucción de los pedazos del ser (los yoes) desparramados por el mundo. El mito de Osiris habla por si mismo. Osiris había sido asesinado por su hermano Set quién repartió sus miembros y los ocultó en todos los rincones de la tierra para que fuese imposible su reunificación. Evidentemente, se refiere a esa multiplicidad de yoes que componen el alma del profano. Antes de convertirse en un verdadero mago, la personalidad del individuo se encuentra fraccionada y sus partes son desconocidas para el individuo. Seguir leyendo ORIGEN DEL MAGISMO

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