Título: El Agua
Técnica: Bronce patinado
Dimensiones: 16x12x8 cm
Año 2015
Pieza única 1/1
Título: El Agua
Técnica: Bronce patinado
Dimensiones: 16x12x8 cm
Año 2015
Pieza única 1/1
Título: Éxtasis
Técnica: Bronce patinado
Dimensiones: 11x21x6 cm
Año: 2015
Pieza única 1/1
Por Nicomedes Zuloaga P
El tiempo, al menos para nosotros los occidentales, forma parte de la teoría de la existencia ya que, desde el punto de vista del mundo visible, el tiempo y el espacio son unidad indivisibles. El hipercubo burlaría los límites de la tercera dimensión, penetrando la realidad intangible de la cuarta. También la reencarnación, como el teseracto, pasaría los linderos de este universo visible como teoría del retorno, por cierto no necesariamente eterno. Seguir leyendo Perspectivas desde un universo inexistente
Primera edición de Canal, editorial de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito, 1987.
Prólogo de Edmundo Ribadeneira.
«Hombre de muchas y muy valiosas facetas creativas, Nicomedes Zuloaga ocupa con honor un puesto de alta significación dentro de la cultura venezolana. Ha sido actor en su vida universitaria; periodista, estudioso de la filosofía, ensayista, poeta, cuentista, novelista y diplomático, actual Agregado Cultural de la Embajada de Venezuela en Ecuador. Complace en tal virtud, a la Casa de la Cultura Ecuatoriana, la publicación de la Novela “El drama circular de Nicaragua”, a través de cuyas páginas Nicomedes Zuloaga entra en el vidrioso tema de la realidad centroamericana, en permanente trance de la trágica explosión por culpa de la ingerencia política norteamericana. Aquello de “drama circular” alude, percísamente, a una recurrencia opresiva que funciona como una noria de explotación y abusos sin tregua. Esto es lo que hay en el fondo de la novela de Zuloaga; tratada como una fábula muy rica en detalles, llena de matices de toda índole, el gran personaje de la novela es William Walker, contradictorio y siempre discutido en sus pintorescas versiones de pirata, filibustero y asesino. Protagonista y testigo de su tiempo, Walker se confiesa en el libro de Zuloaga, y lo hace con cinismo, amenidad y contrito por haber cometido desafueros que engranan, de cualquier manera, en una historia que se repite y abarca desde Marco Polo hasta nuestros días, y que sólo terminará “si el hombre crece dentro del animal y muere antes de la muerte y descubre la paz en el flujo tranquilo de la sangre”. Novela apretada, pero ágil, esta del escritor venezolano se añade a su extensa obra literaria y demuestra, como toda ella, el talento fecundo y Multivario de su autor».
Seguir leyendo CANAL, el drama circular de Nicaragua y Centroamérica
Título: Esperanza
Técnica: Piedra artificial
Dimensiones: 220x150x160 cm
Obra en la costa del Edo. Vargas, Venezuela
Esperanza de un mar antiguo, sin sombras, sin velas, sin aceros. Sin entrañas heridas en el tiempo y en la espera. Espera, al hombre bueno y a la pesca buena que, a veces, llegan con su carga de amores lejanos y de fuegos sagrados.
Por Nicomedes Zuloaga P.
“En Caracas existen…dos categorías de hombres…La una que es poco numerosa, conserva viva adhesión a los antiguos usos, a la simplicidad de las costumbres, a la moderación de los deseos. La otra, ocupándose menos del presente que del porvenir, posee una inclinación, irreflexiva a menudo, por los hábitos e ideas nuevas”
Alejandro de Humboldt
Dos obras me inspiran estas líneas, suspendí por unos días la lectura del último tomo de la trilogía “Aléxandros” de Manfredi, para embarcarme en la lectura de “Los relámpagos de agosto” extraordinaria narración del mexicano Jorge Ibarguengoitia en la cual nos cuenta, con punzante sentido del humor, una sublevación militar y, en las últimas dos páginas nos aclara “a los ignorantes en historia mexicana” los hechos más destacados acaecidos en sus revoluciones. Este librito me lo prestó mi amigo “El Negro” a quien, de acuerdo a la neolengua criolla debería llamar “El afrodescendiente” que, si bien partió hace cincuenta años de la izquierda, ahora manifiesta un derechismo que se acerca, peligrosamente, a esa temible secta de “Los guarimberos”. Seguir leyendo VENEZUELA SERÁ UN CUARTEL (Bolívar)
Por Luis Ángel Duque
“ Como el espíritu violento del Dios que se apodera del hombre por nacer en la mujer” Saint-John Perse, “Mares”
Son, en varias dotadas sintaxis, manos que labran la madera, o aún han soldado las partes metálicas de un casco de acero.Son las manos de un escritor de antigua data, con poemas y dos novelas publicadas (Epitafio para un Filibustero “Canal” y Namrá el Inmortal) y llevada al cine; pero el artista es hombre de ciclos y devociones; y ahora, a casi cuatro décadas de cuando
asistió al taller de escultura de Claudio Marzollo en el “School of Visual Arts” de Nueva York, y después de cumplir los ritos de un periplo ritual múltiple y muy interesante, NZP realiza su primera obra de la madurez, donde las figuras escultóricas se integran a un paisaje, haciéndolo narrativo y ontológico a la vez. De cara al mar. Ya desde los primeros bocetos de “Los Vigías”, estos se yerguen emblemáticos y cercanos; porque, aunque cada uno de los personajes que lo configuran conllevan una historia y una simbología, son puramente escultóricos y así se pueden apreciar. Lo más notable es cómo se integran al paisaje, valorizándolo e identificándolo a la vez; casi todos alargan la mirada al más allá del mar, buscando respuestas en el océano mineral; cómo lo ha hecho el género humano desde hace milenios, y el enigma, no se resuelve aún, porque sus preguntas son respondidas como agreste ola o feroz marejada.
Pero el artista vive con intensidad tiempos apacibles, dedicado a sus intereses fundamentales: la escritura y la escultura.
El que escribe ha visto, en los últimos años, las etapas creativas, admirándose siempre de la energía fluyente; y como lo que más le interesa a NZP es el proceso, aunque ama el resultado final, las pátinas inigualables de los bronces, que aunque contemporáneos, él les sabe aplicar y que, desde el “Auriga de Delfos” (Museo de Atenas) el público del arte aprecia grandemente. Seguir leyendo LO QUE DICEN LAS MANOS (La obra de Nicomedes Zuloaga P.)
Los vigías de siete mares. Homenaje a los pescadores de Osma.
Sirena, Yemallá deidad marina de las azules profundidades vino al mundo para proteger las aguas oceánicas y todo lo que vive en ellas. En los mitos griegos enamoraban a los marinos con su canto. Por primera vez, los europeos supieron de estas diosas del mar en los cantos homéricos, aunque su nombre parece tener un origen sanscrito(Kimera) y tenían un nexo con el otro mundo. En nuestras costas la diosa del océano se identifica más con Yemallá, diosa del panteón Yoruba, protectora del mar y de las creaturas marinas. Es una diosa madre, de la abundancia y de la protección.