Título: Margariteña
Técnica: Bronce patinado
Dimensiones: 8x36x15 cm
Año 2011
Serie 4/6
Título: Margariteña
Técnica: Bronce patinado
Dimensiones: 8x36x15 cm
Año 2011
Serie 4/6
La vida encarnada es, por sí misma, una prueba. En realidad, el único sentido de la vida en un cuerpo físico es el crecimiento y la transformación consciente y deliberada del animal humano en hombre verdadero o mujer verdadera, según el caso. Precísamente, en la manera de enfrentar esta prueba, radica el libre albedrío. La inmensa mayoría no está consciente de este proceso. La vida es una secuencia interminable de misterios y de problemas a resolver. El hombre y la mujer común se refugia en la religión o en la ciencia profana buscando una respuesta al significado de su vida cotidiana. Una minoría, aquellos que ya pasaron a lo largo de su proceso por un crecimiento expansivo de su consciencia, busca otra respuesta en las pruebas que la cotidianidad les depara. El iniciado o la iniciada en el camino de la tradición originaria, ya sea esta oriental, americana u occidental, ve en cada prueba, una oportunidad para desvelar los misterios de la naturaleza. Para vencer al enemigo que cada quien lleva dentro y que no es otro que el animal humano que encarnamos y que nos acecha con sus mecanismos inconscientes y con sus contradicciones. Contradicciones, por cierto, propias del mundo visible en el cual vive con la certeza de la desintegración y la muerte.
Se trata de una de las obras más profundas de Ouspensky. En 1921 empezó su traducción al inglés que se terminó después de su muerte en 1947. Supongo que será un atrevimiento pretender describir esta obra en unas cuantas líneas; sin embargo, eso es precisamente lo que voy a intentar. Tertium Organum es una elucubración filosófica cuyo nombre se refiere a lo que Ouspensky describió como “un sistema de lógica superior” la cual definió como la tercera ley del pensamiento después de Aristóteles y Bacon. El sistema aristotélico: Organon, el de Bacon en Novum Organum y el propuesto sería el Tertium Organum.
Recordemos que Aristóteles fue discípulo de Platón pero su sistema lógico planteó lo contrario al idealismo de su maestro que separó al mundo sensible, del mundo de las ideas. Aristóteles pensaba que, por medio de la experiencia se podía conocer la realidad y que, la esencia de las cosas, estaba en la cosa misma, por decirlo así. Da origen al pensamiento positivista ya que para el, las ideas, no son como moldes separados de los entes que, el mundo sensible, está conformado por la materia y la forma. Y, los cambios, estaban determinados por los conceptos de acto y potencia, pero no explicaba el porqué ya que este se encontraba en las causas. Su método deductivo serviría para llegar a esas causas. En el plano inaccesible, la causa de las causas es inmutable, inalterable e inmóvil. Es decir, Dios. Seguir leyendo TERTIUM ORGANUM