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CANAL, el drama circular de Nicaragua y Centroamérica

El drama circular de Nicaragua y Centroamérica

Primera edición de Canal, editorial de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito, 1987.

Prólogo de Edmundo Ribadeneira.

«Hombre de muchas y muy valiosas facetas creativas, Nicomedes Zuloaga ocupa con honor un puesto de alta significación dentro de la cultura venezolana. Ha sido actor en su vida universitaria; periodista, estudioso de la filosofía, ensayista, poeta, cuentista, novelista y diplomático, actual Agregado Cultural de la Embajada de Venezuela en Ecuador. Complace en tal virtud, a la Casa de la Cultura Ecuatoriana, la publicación de la Novela “El drama circular de Nicaragua”, a través de cuyas páginas Nicomedes Zuloaga entra en el vidrioso tema de la realidad centroamericana, en permanente trance de la trágica explosión por culpa de la ingerencia política norteamericana. Aquello de “drama circular” alude, percísamente, a una recurrencia opresiva que funciona como una noria de explotación y abusos sin tregua. Esto es lo que hay en el fondo de la novela de Zuloaga; tratada como una fábula muy rica en detalles, llena de matices de toda índole, el gran personaje de la novela es William Walker, contradictorio y siempre discutido en sus pintorescas versiones de pirata, filibustero y asesino. Protagonista y testigo de su tiempo, Walker se confiesa en el libro de Zuloaga, y lo hace con cinismo, amenidad y contrito por haber cometido desafueros que engranan, de cualquier manera, en una historia que se repite y abarca desde Marco Polo hasta nuestros días, y que sólo terminará “si el hombre crece dentro del animal y muere antes de la muerte y descubre la paz en el flujo tranquilo de la sangre”. Novela apretada, pero ágil, esta del escritor venezolano se añade a su extensa obra literaria y demuestra, como toda ella, el talento fecundo y Multivario de su autor».

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ORIGEN DEL MAGISMO

Por Nicomedes Zuloaga P.

La magia, según algunos orientalistas, se refiere a la gran ciencia. Era considerada la ciencia sagrada, la que podríamos identificar con el Arte Real. Para los egipcios la magia se refería al culto de sus dioses y se adquiría por medio de ese culto. El “Libro de Los Muertos” se reduce a un tratado de alta magia. Así mismo, en la iniciación en los misterios de Osiris, los iniciados, recorrían un camino desde la muerte iniciática hasta la reconstrucción del ser uno. Para los egipcios, el profano ya estaba muerto. Su ser se había fraccionado, perdiendo su unidad. El proceso iniciático pasaba por la reconstrucción de los pedazos del ser (los yoes) desparramados por el mundo. El mito de Osiris habla por si mismo. Osiris había sido asesinado por su hermano Set quién repartió sus miembros y los ocultó en todos los rincones de la tierra para que fuese imposible su reunificación. Evidentemente, se refiere a esa multiplicidad de yoes que componen el alma del profano. Antes de convertirse en un verdadero mago, la personalidad del individuo se encuentra fraccionada y sus partes son desconocidas para el individuo. Seguir leyendo ORIGEN DEL MAGISMO

ABELARDO EL CASTRADO

Por Nicomedes Zuloaga P.

Buenos Aires, como Madrid y otras ciudades de Europa tiene  cafeterías en cada esquina. Una tertulia reciente, de esas que se desarrollan en alguna “confitería” del “Barrio Norte” derivó, primero, con Augusto, hacia nuestras experiencias infantiles o juveniles que pudiésemos identificar con lo ontológico. Después de “fatigar” como diría Borges, más allá de umbrales oníricos, o visiones de la muerte inminente, con su sensación de tiempo detenido y otras historias, verdaderas o falsas, sobre atropellos y crímenes perpetrados por alguna “autoridad constituida” y consideraciones sobre la justicia, encallamos, al fin, en tres conceptos que, por trillados, no dejan de ser interesantes: las diferencias entre un teólogo, un filósofo y un alquimista. No nos referíamos a las diferencias entre estas tres, digamos, artes o disciplinas, sino al hombre que ejerce alguna de las tres ¿profesiones? o dos de ellas, o las tres, si fuese posible. Al final, me quedé pensando en la Edad Media y la injusta leyenda del oscurantismo. Y en la historia de Pierre Abelard y, con esta, surgió el tema del amor, esa locura que todos creemos conocer y definir.

Al día siguiente nos reunimos, en Pasadena, nombre de la confitería, con Juan Manuel y Catalina.

Se me ocurrió afirmar que si la teología estudia las propiedades de Dios, el teólogo parte de la creencia o convicción de la existencia de Dios o de los dioses y el filósofo intenta llegar a lo mismo por medio del pensamiento. Seguir leyendo ABELARDO EL CASTRADO